
LA CIENCIA
Cuando decimos que entrenamos basados en ciencia, no es una frase de moda ni una promesa vacía. En TSF aplicamos principios reales de biomecánica, fisiología y rendimiento humano para diseñar entrenamientos que funcionan, transforman y protegen tu cuerpo a largo plazo.
Uno de los pilares de nuestra metodología es el entrenamiento en rangos seguros de movimiento, como el principio de los 90 grados. En lugar de hacer sentadillas profundas o movimientos extremos que comprometen tus articulaciones, entrenamos hasta los 90 grados — el punto donde el músculo está más activo y donde se puede generar fuerza sin poner en riesgo rodillas, espalda baja u hombros. Así maximizamos resultados como hipertrofia, fuerza y potencia, minimizando el desgaste físico innecesario.
También entrenamos utilizando zonas de frecuencia cardíaca, porque sabemos que la forma en que tu corazón responde al ejercicio define el tipo de energía que estás usando y cómo tu cuerpo se adapta. Al entrenar con monitores de frecuencia, podemos ver cuántas calorías quemaste, cuánto te esforzaste y qué tan cerca estás de tus objetivos. Esto nos permite regular la intensidad semanalmente, para que no sobreentrenes ni te estanques, y cada sesión tenga un propósito real.
Además, entrenamos como nuestro cuerpo fue diseñado para moverse desde siempre: caminando, corriendo, lanzando, empujando, girando, golpeando, rotando la columna. A diferencia del entrenamiento tradicional de gimnasio o fútbol americano, donde nos enseñaban a quedarnos rígidos y aislados, hoy sabemos que el movimiento natural y ancestral del cuerpo humano es multidireccional y fluido. Por eso en TSF entrenamos la marcha (gait) y todos los patrones de movimiento funcionales — porque esa es la base real de la salud física y el rendimiento atlético.
También combinamos grupos musculares que naturalmente trabajan juntos. Por ejemplo, los glúteos y la espalda, o patrones de empuje y tracción, porque el cuerpo no se mueve en partes aisladas, sino como un sistema completo y coordinado. Esto no solo mejora la fuerza y el físico, sino que reduce el riesgo de lesiones y mejora tu rendimiento en la vida diaria y el deporte.
Finalmente, abandonamos ciertos ejercicios tradicionales que ya no tienen sentido hoy. Pesos extremos en sentadillas profundas, deadlifts hasta el suelo, entrenamientos con alto volumen tipo CrossFit o movimientos olímpicos sin control — todos estos presentan un riesgo alto para una recompensa muy pequeña, especialmente a medida que envejecemos. El entrenamiento inteligente no es el más duro, es el que te lleva más lejos sin romper tu cuerpo en el proceso.
En TSF, entrenamos como los atletas modernos.
Entrenamos con ciencia real.
Entrenamos para vivir más, movernos mejor y sentirnos poderosos en cada etapa de la vida.





